miércoles, 6 de noviembre de 2013

Conocer las Ondas Cerebrales, clave para la salud (1ª parte)


Queremos acercaros de manera sencilla al funcionamiento del cerebro a través de sus ondas cerebrales. Su conocimiento nos ayuda como educadores a poder integrar técnicas que desarrollen todo el potencial de nuestros alumnos, tanto a nivel emocional como intelectual favoreciendo la mejor conexión de los hemisferios cerebrales: el izquierdo lógico y el derecho emocional.

Hoy os presentamos las ondas cerebrales Delta, Theta, Alpha, Beta y Gamma.

Las ondas cerebrales Delta (por debajo del umbral de 4Hz) y Theta (entre los 4 y los 8Hz) –denominadas ondas lentas– indican un estado de percepción interno, el mundo exterior como realidad independiente no existe -todo se percibe como parte integradora de la propia conciencia-; cabe destacar que en dichos estados los dos hemisferios del cerebro están perfectamente conectados y sincronizados. Comúnmente corresponden a estados de sueño con o sin actividad onírica, experimentando aún normalmente al despertar  la sensación inigualable de descanso, paz y satisfacción que producen.

Las ondas Alpha (de 8 a 14Hz) facilitan una transición hacia la percepción del mundo externo, pero la percepción interior aún predomina; en el adulto se manifiestan en fases de relajación y tranquilidad.

En las ondas Beta (de 14 a 30Hz) aparentemente surge ante nosotros la percepción de un mundo externo independiente de nosotros mismos, y los hemisferios cerebrales no actúan en sincronía como en las ondas más lentas (se instaura el pensamiento digital, lógico-analítico con preponderancia del hemisferio cerebral izquierdo). En este estado cuando se conecta con las ondas Alpha, se facilita el aprendizaje y la comunicación de ambos hemisferios cerebrales.

Las ondas Gamma o Ram-Alta (por encima de 30Hz) son eficaces a la hora de resolver situaciones de emergencia o peligro, activando ciertas respuestas fisiológicas, pero si se prolongan excesivamente en el tiempo son generadoras de estrés, emergiendo desequilibrios psicológicos y la depresión del sistema inmunológico. De hecho muchos expertos en la materia apuntan a que es el estrés el origen, o al menos el caldo de cultivo, de la gran mayoría de las enfermedades.

Parece demostrado que el dominio y desarrollo natural de las ondas lentas facilitan la recuperación y la renovación celular-orgánica, fortalecen el sistema inmune, equilibran los estados emocionales y anímicos, etc. Por tanto son precursoras de la salud y la felicidad.


A través de distintas técnicas podemos acceder conscientemente a los estados de percepción de las ondas cerebrales lentas, lo cual estimula los mecanismos fisiológicos que generan salud, estados de relajación y calma, creatividad, imaginación, resolución de conflictos emocionales, integración hemisférica, armonía, plenitud y estados placenteros.


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